
* Cuando tan solo tenía 20 años mi padre decidió tenerme y renunció a la vida de fiestas y diversión que llevaba la mayor parte de la gente de su edad para dedicarse a cuidarme y educarme.
* Como era rubio y muy delgadito y parecía más joven de lo que era en ocasiones la gente pensaba que era su hermana pequeña.
* En un acto de respeto por la libertad individual, a pesar de que era algo inusual en la época, decidió no bautizarme, ni hablarme jamás de política mientras fuera pequeña, ni educarme en fe religiosa ni doctrina alguna, porque aunque él tuviera sus propias creencias e ideales quiso que cuando yo fuera mayor decidiera por mí misma los míos.
* Cuando llegaba a casa cansado del trabajo no se ponía a ver películas ni se iba a tomar una caña con sus amigos ni dormía la siesta: pasaba la tarde pintando acuarelas conmigo y con mi hermana.
* Me llevó a esquiar, a pescar, al circo, al fútbol, a cazar, y cuando me dolían los pies se negaba, muy a su pesar, a cogerme y llevarme en brazos, porque decía que cada individuo debe aprender a valerse por sí mismo y que quería que aprendiera a ser una persona independiente y autónoma.
* Me ha hecho rabiar estirándome de las orejas una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces y así sucesivamente tantas veces como años tengo una vez al año durante todos los años de mi vida y ni una sola vez, bajo ninguna circunstancia, ha dejado de hacerlo.
* No me dio las cosas, me enseñó a ganármelas.
* Supo reñirme cuando era necesario y castigarme cuando lo merecía y lejos de echárselo en cara siempre se lo agradeceré.
* Nunca me impuso unos estudios ni un oficio como hacen algunos padres ni proyectó sus sueños profesionales sobre mí: siempre respetó y aceptó mis decisiones y me enseñó a respetar las de los demás, haciéndome ver que lo importante no es tanto qué hagas como que en lo que decidas hacer te esfuerces para ser bueno.
* Pudiendo hacerlo, no me impidió por la fuerza actos míos adolescentes que le parecían extravagantes siempre que fueran tomados desde la responsabilidad y la convicción y pudiera argumentarlos, estuviera él más o menos de acuerdo con ellos.
* Me enseñó lo que es el honor y que jamás debes hacer algo, lo sepan los demás o no, que te haga avergonzarte de ti, porque tú mismo siempre serás tu crítico más despiadado; así como a no tener miedo a nada ni a nadie, a no esconderme nunca y a hacerme responsable de mis palabras y mis actos.
* Siempre lo he respetado y admirado profundamente no sólo como padre sino también como persona y sé que lo respetaré y lo admiraré hasta el último día de mi vida.
En el Día del Padre no pude escribir este post, pero no quería quedarme sin hacerlo.
(Para X con todo mi cariño y un abrazo muy fuerte).