A tan sólo un mes de las vacaciones todo el mundo empieza a preguntarse qué hará. Unos viajarán, otros se quedarán en casa, pero lo cierto es que todos necesitamos descansar. Mucha gente este año no tendrá vacaciones porque ha perdido su trabajo: desde aquí mis mejores deseos para vosotros, espero que después del verano las cosas se animen y podáis encontrar otro muy pronto.
Este verano no sé todavía a ciencia cierta qué haré. Supongo que lo de siempre: ir a la playa a tomar el sol, salir con mis amigos, leer, nadar en mi piscina, dormir hasta las diez de la mañana, pasar tiempo con mi iaia, hacer algún viaje de una semanita, escuchar música. Y precisamente hoy pensaba que no es la primera vez que os hablo de lo que quiero hacer en verano, que no es el primer año que comparto estos momentos previos a las vacaciones con vosotros. Y esa sensación me ha llenado de alegría. Por eso quiero daros las gracias a todos: a los que habéis pasado cada día por aquí durante este año y me habéis expresado vuestro cariño en forma de comentario, a los que no habéis dejado comentario habitualmente pero me habéis enviado un email o lo habéis dejado un día de repente comunicándome que me seguís siempre e incluso a los que han pasado o pasarán una sola vez por aquí sin regresar, porque mi blog no es de su gusto o no responde a sus intereses.
Muchas gracias a todos. No tengo palabras para describir lo que ha supuesto recibir vuestro apoyo y vuestro cariño durante este año. Sin vosotros este blog no existiría. Sé que últimamente he estado muy ausente, que mis deberes y mis obligaciones se han impuesto y no he logrado buscar el tiempo y la concentración necesarios para estar a vuestro lado. Pero no lo voy a dejar. Escribiré cuando pueda, os visitaré cuando me sea posible, pero no pienso abandonar el barco. Porque en este barco venís todos conmigo.
Muchas gracias a todos. No tengo palabras para describir lo que ha supuesto recibir vuestro apoyo y vuestro cariño durante este año. Sin vosotros este blog no existiría. Sé que últimamente he estado muy ausente, que mis deberes y mis obligaciones se han impuesto y no he logrado buscar el tiempo y la concentración necesarios para estar a vuestro lado. Pero no lo voy a dejar. Escribiré cuando pueda, os visitaré cuando me sea posible, pero no pienso abandonar el barco. Porque en este barco venís todos conmigo.