
Cibeles es moda, es maquillaje, es peluquería, son complementos maravillosos, es belleza espectacular que te deja sin palabras, es placer estético, es ilusión (o desilusión) a todas horas. Pero también es confluencia de público asistente tanto a los desfiles como al Cibelespacio, es diálogo, es convivencia, es compartir. Y ahí es donde entran las charlas, los cafés, las risas, el cotilleo, las quejas ("qué sueño tengo" y "cómo me duelen los pies"), los "¡mira, ese de la tele!", los "¿Me das una botella de agua?" y los "Ese vestido me encantado" o "Ese pantalón no me ha gustado nada".
Podría contar muchas cosas de los dos días que pasé en Cibeles el fin de semana, muchas anécdotas, muchas situaciones divertidas o curiosas. Un día en Cibeles es tan intenso que suceden mil cosas, es como si el tiempo allí se dilatara, como si el reloj se detuviera y lo que importa no es la hora sino el acontecimiento que tiene lugar en cada momento. La gente corre de un lado a otro entusiasmada, agotada, absorta en la contemplación de la ropa y de la gente y preguntando "¿Qué desfile va ahora?" cada rato. Entre desfile y desfile apenas hay tiempo para tomar un refresco rápido y volver a sentarse. Si no tienes invitación para todos los desfiles puedes descansar un poco, en cambio si estás acreditado o tienes invitación para todos Cibeles puede costarte la vida.
Estas son algunos de los aspectos que he observado:
1) Las modelos, digan lo que digan algunos, comen, y no poco. Las vi meterse entre pecho y espalda bocadillos de jamón de Teruel y pinchos de salmón noruego. Son guapísimas, los rostros de algunas de ellas son tan especiales que no te recuerdan a nadie y tienen una piel perfecta y un aspecto muy saludable. Son increíblemente altas y espigadas y hasta por el backstage vestidas con ropa de calle están preciosas. Como muestra podéis ver las imágenes de este post de Miss at la playa.
Entre desfile y desfile, cuando tienen un rato libre, van a almorzar a la cafetería, charlan por teléfono o leen. Debe de ser una vida mucho más dura de lo que la gente piensa. Recuerdo que en algunas ocasiones, contemplando a alguna muy joven que hablaba por teléfono, pensé "Pobres, qué alejadas viven de su familia siendo tan jovencitas". A pesar del glamour y la diversión es una vida de desarraigo y soledad.
2) Los diseñadores soportan muchísimos nervios y un estrés increíble. Su rostro cambia sustancialmente al terminar el desfile, se puede percibir cómo se relajan y se les nota más contentos cuando charlan animada y distendidamente con la gente en el kissing room.

3) Algunos famosos se aburren soberanamente durante los desfiles y se los pasan intentando disimular sus bostezos, lo cual me hace pensar que van por obligación o porque sus relaciones sociales se lo exigen, no porque les guste realmente vivir el desfile. Tentada estuve de decirle a alguno que si no le apetecía estar allí me dejara su asiento en primera fila y se fuera al bar a tomar un café, porque menudo desperdicio de sitios privilegiados.
Algunos (véase Alejo Sauras) son fríos y antipáticos cuando la gente les pide hacerse una foto con ellos. Alejo, qué poco te habría costado hacer felices a aquellas nenas quinceañeras que soportan cada semana tus insufribles series con una sonrisa y un click que habrían durado diez segundos, qué poco. La mayoría (véase Amaral, Paco León, Dafne Fernández o Carmen Lomana) son encantadores con los fans, posan con ellos y no les molesta en absoluto que les saluden.

4) Hay gente maravillosa capaz de comerse un pincho de tortilla de patatas con toda la elegancia del mundo y sin mancharse los volantes de la manga de la blusa (véase la guapísima y educadísima Lola Marceli, un encanto de mujer).
5) Tú asistes como espectador, no vas a desfilar, así que ve vestido de ti mismo, ¡no te disfraces! Hay mucha gente que va a la Fashion Week sólo para que la saquen en algún blog o revista por su atuendo llamativo, lo cual tiene mucho delito porque no me refiero a gente famosa (en ese caso todavía tendría una explicación) sino a gente a la que no conoce ni su madre en casa a la hora de comer. Intentas hacer fotos de gente con estilo y sobre todo encuentras a petardos disfrazados como para los Carnavales de Cádiz, es un poco frustrante.
6) "No me gusta que a los toros te pongas la minifalda": Con tacones no se aguanta todo el día y toda la noche. Luego pasa lo que pasa y todos vamos buscando el sofacito para sentarnos. Otro año no me pasará, no no no.
7) Mi amiga Di ha debido de regresar a su ciudad con un buen resfriado por mi culpa, ya que me pasé el fin de semana subiéndole la calefacción y ella sudando cual Meryl Streep en pleno rodaje de Memorias de África. Tiene razón: soy una friolera; acostumbrada al clima templado de mi ciudad en Madrid muero congelada. (I love you, Di!!!)
5) Los blogueros Jose Airam y Xavi(World) son encantadores y muy dulces, y además tienen mucho estilo, así como también Pilgrim y el divertido Lucio Chiné.
6) Una morena y una rubia: Sé que me matarán por decir esto porque son muy modestas, pero LujosaBarcelona, Thesil y Hummingbird son GUAPÍSIMAS. Tenía que decirlo.
7) Después de ver tantos Prada, Chanel y Lady Dior juntos, inevitablemente tu bolso de Zara ya no te parece molón. Es lo que tiene ir a la Fashion Week.
8) En Cibeles los asistentes no comen. Es el mejor sitio del mundo para adelgazar. No porque no quieran comer, sino porque hay tantas cosas que hacer y que ver que no hay más remedio que elegir, y en ocasiones incluso con la emoción del momento se te olvida comer.
9) Si te bebes todos los cócteles que te dan en el kissing room tras cada desfile y las cervezas a las que invita Cruzcampo puedes terminar cantando los clavelitos subido a la barra, porque los cócteles son bastante fuertes (véase el BloodyMary que nadie pudo terminarse) y encima no has comido nada en todo el día. Mejor ni cuento lo que me costó encontrar la puerta de embarque en el aeropuerto al salir del kissing room del desfile de Miriam Ocáriz por culpa de sus cócteles de licor de café: un poco más y a día de hoy todavía sigo en La terminal cual Tom Hanks.

10) Me gusta la moda, de hecho ME ENCANTA la moda, sin embargo no sería capaz de aguantar seis días en la Fashion Week. Si me quedo allí tantos días a ese ritmo, al volver me ingresan. Por eso me declaro fan de los que han sido capaces de hacerlo y además han estado actualizando sin parar desde el AsusBloggerSpace. Me quito el sombrero, de veras. Gracias por cubrir Cibeles para que la gente que no puede asistir pueda disfrutar dede su casa con vosotros. Sois muy grandes.
(Asunto MUELAS DEL JUICIO: Esta tarde me las han extraído y aunque todo ha ido bien porque mi dentista es magnífico con una (la que más me dolía ya) lo he pasado bastante mal. Tengo ese lado de la cara hinchado y he tenido que comer helado. Espero levantarme mejor mañana, veremos. Qué rabia me da que el dolor de muelas me fastidiara el fin de semana en Madrid, porque no tuve las energías ni el humor de siempre. ¡Gracias por vuestra preocupación y vuestros ánimos! ¡¡MUAK!!).