LOS AÑOS REBELDES

Casi todos tenemos durante nuestra adolescencia unos años rebeldes. Confieso que yo también los tuve. No es que desees tenerlos, sino que tu entorno aunque no quieras te influye. Odias a la sociedad y a tus padres que te imponen normas y te rebelas contra el mundo.

Cuando llegué al instituto y me vi libre de la vigilancia de mi maestra de primaria dije "¡Ancha es Castilla!" y me desmadré. Me junté con los más mantas del instituto.

Nos pelábamos las clases de las asignaturas marías (principalmente Ética y Educación Física) para ir a casa de los amigos a jugar a la videoconsola (que entonces era aún muy rudimentaria y un lujo) o a las máquinas de los recreativos.

(Sonic era nuestro ídolo)

(Nos flipaban los juegos de lucha: el rey era StreetFighter)

Al menos yo me negaba a drogarme, pero bebíamos cerveza y cubalitros como cosacos los viernes por la tarde.

Si no querías pegarte a menudo tenías que pegarte alguna vez y ganar para hacerte respetar...

porque nosotros no nos chivábamos al profesor ni a nuestros padres cuando nos pegaban como los adolescentes de ahora que son unos moñas (los chivatos estaban muy mal vistos) pero si no te defendías volvías a casa sin chaqueta, sin mochila y sin zapatos y con un ojo a la funerala y a partir de ese momento te convertías en un miembro del grupo de los pringados y te llevabas collejas a mansalva (además de que los de tu grupo te retiraban el saludo y te convertías en un marginado).

Mis amigos escuchaban a Metallica, Iron Maiden y Sepultura. Los de la línea en valencià preferían grupos valencianos como Obrint Pas o catalanes. Yo fingía que los escuchaba, pero en realidad lo que me molaba y lo que oía a escondidas era Sex Pistols, Ramones y Green Day, me flipaba el punk.

Tenía broncas impresionantes con mi padre cuando hablábamos de política porque me declaraba comunista (a veces anarquista, tampoco lo tenía muy claro) y él afirmaba que el comunismo era una utopía y que estaba demostrado que había sido un fracaso y decía poniendo los ojos en blanco: "De esta niña no haremos carrera, Carmen".

(En algunas cosas mi padre no se equivocaba, en otras sí). XD

Llevaba mechas de colores en el pelo, sobre todo rojas, azules o verdes (pero nunca juntas, por fortuna).

(Avril, siento ser yo quien te lo diga: no las inventaste tú).

Llevaba pantalones pitillo (eso no ha cambiado mucho, pero ahora es la moda y antes era subversivo) y mallas de estampado militar con camisetas de Soziedad Alkoholika.

Tenía un novio heavy (para fastidiar a mis padres sobre todo) al que la melena le llegaba casi por la cintura (los que seguís mi blog ya habéis leído sobre él) y que llevaba metros de cadenas colgando de los pantalones.

Y, además, llevaba botas militares. Estaban de moda las DocMartens y las Snipe, y yo llevaba las segundas porque tenían bola de acero y si dabas una patada dolía más, así que sólo por llevarlas ya nadie se quería pegar contigo (eran un método disuasorio y molaban mogollón). XD

Y desde que Agyness las volvió a poner de moda...

No sé si rescatarlas del armario...

¿Qué opináis?

¿Volvemos un poco estéticamente a los años rebeldes?

* * *

EDITO: Estilismo de esta noche (que sería redondo si tuviera este jersey que la puñetera página de Topshop no me dejó comprar) :o(