lunes, 16 de noviembre de 2009

FIRMIN







No sé qué me sucede con la novela contemporánea. Mis labios podrían hablar de todas las novelas contemporáneas que he leído en este 2009 que va tocando a su fin y mi alma no estaría hablando de ninguna.
Es difícil explicar por qué una novela te llega y otra no, por qué el mensaje que desea transmitir un escritor cala en tu corazón y permanece en él durante el resto de tu vida, hasta el punto de que cada vez que ves esa novela en una librería o descubres que alguien va leyéndola en el metro un escalofrío te recorre la columna y te invade una sensación de reconocimiento, de familiaridad, y por un instante sientes que estás en casa; y sin embargo otra novela la olvidas apenas unos minutos después de haber pasado su última página y haberla depositado en la estantería y lo único que sientes al volver a verla es indiferencia.

Las grandes novelas son como los grandes amores: da igual el tiempo que pase, no importa que la lima de los días vaya royendo nuestra vida, encaneciendo nuestros cabellos y encogiendo nuestras carnes: volver a encontrarnos con ellos siempre emociona y siempre hiere.

Ni Juan Manuel de Prada con su léxico impecable, ni Almudenas Grandes con sus argumentos de la Guerra, ni Andrés Trapiello con su entrañable Don Quijote o sus amores imposibles entre hermanos: la única novela contemporánea de todas las que he leído durante los últimos años que ha producido esa sensación en mí, que ha dejado ese poso en mi alma, es Firmin, de Sam Savage.

No voy a contar su argumento ni voy a hablar de su personaje protagonista, simplemente dejo aquí unas imágenes confiando en que el azar haga llegar hasta ellas a alguien que decida conocer a Firmin y que llegue a amarlo para siempre como yo.












lunes, 9 de noviembre de 2009

WILLIAM BURROUGHS y LA LUCIDEZ DE LA LOCURA






Andaba una tarde contemplando imágenes del Camaleón ensimismada cuando de repente me encontré con una en la que un joven y atractivo Bowie posa con un sombrero de ala ancha ladeado y una chaqueta de cuero abierta, mostrando el pecho, junto a un hombre maduro encorbatado con traje de tweed, mirando a la cámara con ese aspecto desafiante del Bowie que se sabe único, con esa mirada de "me da igual lo que pienses de mí", con el aire del que no tiene que dar explicaciones porque su sola imagen es durante unos segundos para quien la contempla la medida y la explicación de todas las cosas.

Y aunque él no quisiera darlas se las pedí.






No voy a referirme en este post a Bowie aunque de sobra conocéis quienes me seguís desde hace tiempo mi fascinación por él. Algún día le dedicaré un post pero hoy no será ese día.

Es la figura de William S. Burroughs la que suscitó mi curiosidad, el contraste de su imagen con la de Bowie en esta foto, que siendo un contraste evidente sólo afecta a la indumentaria y no a su actitud, muy parecida.

En efecto, ambos mantuvieron una relación de amistad durante los años 60 y 70 y el propio Bowie ha afirmado que Burroughs fue su mayor influencia y que su influjo ha estado presente en muchas de las letras de sus canciones. En la época de mayor desfase de la vida de Bowie, marcada por escándalos como sus coqueteos con la cocaína (dependencia que no superaría hasta finales de la década de los 70 en Berlín con el apoyo de su amigo Iggy Pop, con quien compartió el proceso de desintoxicación); los desencuentros con su excéntrica familia, dramáticamente maltratada por la esquizofrenia; sus afirmaciones relacionadas con la existencia de vida extraterrestre; sus problemas económicos a pesar de su éxito de ventas; su declarada bisexualidad en una época de incomprensión y su simpatía por el nazismo; la Generación Perdida o Generación Beat, de la que Burroughs formaba parte junto con personalidades literarias como Jack Kerouac (que se constituyó en guía de la generación, aclarando muchos aspectos sobre ella), Neal Cassady , Gregory Corso, o Allen Ginsberg, constituiría una referencia para su música.



Burroughs y Kerouac




Hal Chase, Jack Kerouac, Allen Ginsberg y
William S. Burroughs en Nueva York, 1944.




Una de las pruebas más palpables de dicha influencia es la introducción hablada del álbum Diamond dogs, Future legend, tomada por Bowie de un cut up (técnica de collage narrativo surgida en los años 50 que se esforzaba por romper las normas sintácticas y semánticas sin perder el sentido del relato) de Burroughs.

No obstante, hasta su contribución para la biografía Bowie. Amando al extraterrestre, publicada en Estados Unidos en 1996 y en España en 2008, William Burroughs se había negado a hacer declaraciones sobre su amigo.


Hay datos de su biografía interesantes, como su pertenencia a una familia rica que le permitió dedicar sus días a cultivar la literatura y deambular de fiesta en fiesta, la invención por parte de su abuelo de una máquina de sumar y su posterior creación de la Corporación Burroughs, empresa que todavía existe en la actualidad, y su pasión enfermiza por las armas de fuego que le acompañaría durante toda su vida.









Esta pasión desembocaría en la muerte de su esposa Joan Vollmer cuando Burroughs, emulando a Guillermo Tell como actividad lúdica (mira qué bien se lo pasaba), le pegó un tiro entre los ojos dejando intacta, evidentemente, la manzana colocada sobre su cabeza.








A diferencia de la mayoría de sus amigos pertenecientes a la Generación Beat, Burroughs no empleó como vehículo para el desarrollo de su creatividad la lírica o la novela sino el género ensayístico, que permite una mayor amplitud y precisión en la exposición de las ideas. Y aunque parezca mentira con él sucedió en el campo del ensayo lo mismo que con Bowie en el de la música, y en esta conexión radica en mi opinión una de las peculiaridades de ambos: su vida desenfrenada hasta el extremo, que le hizo rozar la locura con la punta de los dedos, fue el marco en el que se desarrolló una actividad brillante e increíblemente lúcida que supone la obra de una figura emblemática del arte del siglo XX.


Puedes leer una reseña sobre uno de los mejores y más apasionantes ensayos de William S. Burroughs, La revolución electrónica, AQUÍ.








lunes, 2 de noviembre de 2009

¡GRACIAS, ARIANETA!










Hoy quiero agradecer a Arianeta esta imagen que ha creado para mí. Por si no conocéis sus dibujos éste es su BLOG y éste su FLICKR.


¡¡¡Muchas gracias, Arianeta!!! ;D